(Por tarantina)
Han pasado dos largos años, no han sucedido grandes cosas, pero lo que no saben que les espera una gran aventura; tal vez algo relacionado con Artemisa o quizás nuevos enemigos. Sea cual sea la razón nuestros protagonistas vivirán un viaje inolvidable.
Aquella mañana como cualquier otro día, Rinoa estaba en la biblioteca leyendo uno de sus libros preferidos. Entre tantos aspirantes a Seed que había allí rodeando por la biblioteca, la muchacha aun así se sentía sola; los aspirantes a Seed estaban en épocas de pruebas.
La muchacha siguió leyendo el libro, aunque por dentro solo quería charlar. Squall y los otros estaban ocupados; era como si estuviese sola a pesar de encontrarse en un lugar lleno de gente.
—¡Rinoa!
—Selphie, que haces aquí.
—Pues me tome un tiempo libre, después de todo debes sentirte sola.
—Pues… estoy bien. —dijo Rinoa con una sonrisa.
Rinoa no quería preocupar a Selphie, ella también estaba ocupada con algunos preparativos para la ceremonia que se llevaría a cabo; después del festival estudiantil de hace dos años en Fisherman Horizon, la muchacha había tenido un gran éxito, por lo que ahora también se ocupaba de organizar los preparativos para el baile de conmemoración a los nuevos Seed.
—No te preocupes Rinoa, estoy un poquito ocupada pero sabes que puedes contar conmigo —Le respondió la muchacha, tan alegre como siempre.
—Es cierto… todos estáis siempre tan ocupados, quizás… debería volver a Timber.
—¡Qué dices! –Exclamó Selphie, dando un pequeño bote en el sitio debido a la inesperada reflexión de Rinoa— ¿Dejarás a Squall solo? Sabes que él se pone mal genio cuando no está contigo, además, ni de broma te dejará irte sola…
La muchacha se quedó pensando; si ella se marchaba, Squall también lo haría, por lo que el jardín se quedaría sin comandante. No quería causar problemas, por lo que se arrepintió de sus propias palabras.
—Selphie, no me hagas caso ¿Vale?
—Pues no sé de qué va esto, pero si quieres que lo olvide… a lo pasado pisado.
—Gracias. –dijo Rinoa con un ánimo enérgico.
—Vamos al comedor, dicen que hay bocatas nuevas —sugirió Selphie para animar a la muchacha.
—Pues, vamos… aunque si hay bocatas nuevos…
—¡Zell de seguro estará allí! —dijeron ambas, y luego echaron una pequeña carcajada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario